¡Ya estoy de vuelta!
La receta de hoy es muy sencilla, con muy poquitos ingredientes. La conoceréis porque es un clásico en los restaurantes chinos, pero vamos a aligerarla un poco y a adaptarla para personas con necesidades alimenticias especiales: No contiene gluten, ni lactosa, ni leche, ni huevo. Además, todos los ingredientes son vegetales.
Ingredientes (4 personas):
- 2 plátanos, no demasiado maduros.
- 125 gr. de harina de arroz.
- 100 ml. de agua muy, muy fría. Puedes ponerla en el congelador media horita.
- Aceite para freír, que no deje mucho sabor, por ejemplo, de girasol.
Preparación:
- Con ayuda de unas varillas, mezcla el agua y la harina hasta que quede una mezcla líquida pero espesa, que quede en las varillas al levantarlas. Añade el agua muy poquito a poco. Si te pasas, tendrás que añadir más harina, y es cara (xD). Reserva.
- Corta los plátanos en tres trozos, y luego, cada tercio a la mitad.
- Calienta el aceite en una sartén. Tiene que ser cantidad suficiente para sumergir el plátano por completo.
- Baña los trozos de plátano en la tempura, cúbrelos bien. Escurre un poco, y fríe en el aceite bien caliente.
- Cuando estén dorados, sácalos y ponlos en un plato con papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
- Una vez hayan soltado el exceso de aceite, puedes emplatar añadiendo un poco de sirope o miel por encima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario