¡Muy buenas!
La receta original de donde saqué ésta, es salada. Es algo llamado "paniza", que aprendí de mi abuela de Cádiz, donde se consume mucho. Se trata de una masa hecha con agua, harina de garbanzo y sal, que cuecen, enfrían y luego fríen o aliñan dando como resultado diferentes platos.
Pensé que si hacía la versión dulce y utilizaba algunos condimentos, podría ser la base de muchos postres. Aquí comparto el resultado.
Como ya he dicho antes, la receta original lleva sólo agua y harina de garbanzo, así que yo he intentado no modificarla demasiado, obteniendo así una receta 100% vegetal sin un gramo de grasa, que además no contiene gluten, ni lactosa, ni azúcar ni huevos.
Yo he decidido presentarla con un poco de nata (sin lactosa) y pasas. Pero puedes utilizar infinitos acompañamientos: frutas, frutos secos, miel, mermeladas, siropes, helados, merengue... Lo que te apetezca porque es super versátil. Incluso puedes consumirla, así tal y como sale del molde.
Ingredientes (para cuatro raciones):
- 100 gr. de harina de garbanzo
- La ralladura de medio limón
- La ralladura de media naranja
- Media cucharadita de canela en polvo. Esto es opcional. Puedes usar también vainilla.
- 300 ml. de leche vegetal (avena, arroz, almendra...) o leche desnatada sin lactosa. Puedes utilizar agua, pero la leche da un puntito cremoso a la textura final, aunque no contenga grasa. Debe estar fría o natural, nunca caliente.
- Edulcorante: Yo he usado una cucharada sopera de stevia líquida. Pero tú puedes utilizar el que tengas en casa, siempre teniendo en cuenta el poder endulzante de cada uno.
Antes de comenzar asegúrate de tener en casa unas varillas manuales, una olla o cazo mediano y un molde que te permita desmoldar fácilmente (puedes usar papel de horno para cubrir uno, aluminio o plástico). La mezcla es muy pegajosa y vas a tener que trabajarla rápido y en caliente.
Preparación:
- Mezcla en un cuenco la ralladura de limón y naranja con la harina de garbanzo. Añade también la canela.
- Si tu edulcorante es líquido, añádelo a la leche. Si es en polvo, añádelo al cuenco con el resto de ingredientes secos y mezcla.
- Vierte la mitad de la leche y mezcla con ayuda de unas varillas hasta que no queden grumos. Añade el resto de la leche y vuelve a mezclar.
- Nos vamos al fuego: pon la mezcla en un cazo a fuego medio, y NO DEJES DE MOVER. La harina de garbanzo se cocina rapidísimo. No dejes nunca las varillas porque se te pega al fondo, hace grumos, y se estropea todo. Cuando la mezcla empiece a quedar como un engrudo y se despegue del fondo de tu cazo, apaga el fuego, retira y mueve con energía.
- Con ayuda de una cuchara esparce la mezcla en tu molde. Si ves que es costoso, mójate las manos y aplana y compacta con ellas.